lunes, 31 de agosto de 2009

Felicidades, Lulita.

Has sobrevivido.

Te has enfrentado al gavilán y has escapado. Las heridas han cicatrizado, después de tanto lamerlas. Tienes durezas en los pies, de caminar, y en las manos, de escalar. Probablemente estas nunca desaparezcan. Tienes marcas de cortes en las piernas. Tienes nuevas arrugas, nuevas canas. Tu sonrisa es algo más torcida y tu mirada algo más turbia. Nunca volverás a ser tan inocente. La tormenta no pudo tumbarte.

Te has plantado ante Milord y lo has tratado como se merece: con respeto. Y nada más. Aprecio. Pero nada más. Como a una persona más a la que conoces, estimas. Ya no te quitará el apetito (aunque creo que eso nadie lo hace), no te desvelará, no te arrancará lágrimas ante una canción demasiado souvenir, ni te inspirará poemas desgarrados y enhebrados con tabaco y alcohol. Ya no más, ya nunca más.

Este logro ha sido enteramente tuyo. Felicidades, Lulita. Has sobrevivido a un golpe más. Nada puede pararte.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Trainspotting

"Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige buena salud, colesterol bajo y seguro dental. Elige hipoteca a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver tele-concursos que emboban la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida…

¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida: elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?"

Para Srta. Zasulich


Pero el amor también es una droga dura. Los efectos son inmediatos y consisten en una elevación de la autoestima y la confianza en uno mismo, acompañado de una gran locuacidad, excitación, apertura afectiva, comunicación desinhibida, empatía, gran energía física, con aumento de la actividad motora (hiperactividad), bienestar general y euforia. Oleadas con sensaciones de euforia, alegría, felicidad, empatía in crescendo y de una sensación de ligereza mental y física. Hace que se sobrevaloren las propias capacidades y se acepte mayor nivel de riesgo. Se pierde sensibilidad de la propia condición física, por lo que se pueden pasar muchas horas sin sentir hambre, sed o sueño hasta el agotamiento. La tolerancia es normalmente total (salvo raros casos que necesita ser progresiva) y el riesgo de sobredosis sólo conlleva la posibilidad de aborrecer la droga en cuestión.

La administración es muy variada: vía oral, nasal, intravenosa, vaginal, rectal, visual, táctil, auditiva o hasta cibernética. Esto facilita su distribución pero no ha aumentado su consumo, ya que la dificultad que encuentra el adcito es hallar un camello dispuesto a venderle su droga, y viceversa. Lo normal es que la administración sea recíproca: el camello hace las veces de adicto, ya que es una dependencia mutua.





lunes, 24 de agosto de 2009

ACDC - High Voltage


Uno de mis discos favoritos, tanto de ACDC como en general. Es el primer disco que sacaron a nivel internacional (primero en Australia solamente, y después otra edición que sólo conservaba dos temas del original). Fue publicado en 1975, ¡así que eran unos criajos entonces! ¡Angus Young tenía 20 añitos! Y se le notaba ^^

Así es el disco: clásico, inocente, muy lindo y muy divertido. Auténtico hard rock por chavales que apenas tienen pelo en la barba y que me pone de buen humor, me pase lo que me pase. Melodías pegadizas, el ritmo que los caracteriza y las gaitas de Bon Scott que aderezan temas como el "It's a long way to the top". Al principio me chocó un poco pero me encanta como queda.

La voz de Scott me gusta más que la de Brian Johnson, la verdad, y nos ha regalado temazos como "The Jack", la última, que con una guitarra sencilla y ritmo lento no tiene nada de inocente. Ya me ha inspirado alguna que otra vez, y creo que no soy la única (muajajajaaaa...)

En resumen, un disco como pocos, alegre, hard rock divertido y de mucha calidad. Se acepta como regalo de cumpleaños ^^

Os dejo el enlace de megaupload subido por aquí la menda. Si se cae, avisad. Altamente recomendable ^^

jueves, 20 de agosto de 2009

Little Lover...


I can't get you off my mind, no...
Little lover, I've been trying hard to find
Someone like you...

martes, 18 de agosto de 2009

Crimen y Castigo

Hace poco acabo de terminar de leérmelo. 520 páginas con letra-Biblia de novelón decimonónico y pura psicología criminal. Me lo leí por ser un clásico entre los clásicos y por su reconocida fama universal, y me he acabado preguntando qué comen los rusos que escriben tan bien. 

Rodion Romanovich Raskolnikov (Родион Романович Раскольников para los amigos) es un estudiante de derecho en San Petesburgo que sobrevive con lo que su madre (viuda) y su hermana consiguen enviarle desde su pueblo natal, que deja de estudiar por supuestos motivos económicos pero que pese a vivir en la más absolutas de las miserias, rechaza tener un trabajo. Lo que ocurre en el cerebro de ese hombre es que se cuece una idea: en el mundo hay dos tipos de persona, las normales y las extraordinarias. Estas personas extraordinarias son las que cambian el mundo, por así decirlo: para ellas la ley es algo que no tienen la necesidad de cumplir (eso le toca de cerca por sus estudios) debido a que pueden ser un impedimento para sus grandes hazañas. Evidentemente, por tener esa idea, él mismo empieza a creerse una persona extraordinaria, capaz de vivir por encima de la justicia. Además a todo esto se le suman sus apuros económicos, que le obligan a empeñar objetos de alto valor sentimental a una usurera de condiciones abusivas capaz de timar a su propia hermana. Total, que nuestro Napoleón (con el que frecuentemente se compara) decide que no sólo tiene la posibilidad, sino casi la obligación de matar a la usurera (Alena Ivanovna), puesto que el dinero que podría robarle le serviría para completar sus estudios, sacar a su familia de la pobreza y además cumplir su "misión" en la Tierra liberándola del 'piojo' que aquella vieja representaba para la sociedad. 

Después de varios meses de casi ayuno (por pasividad más que falta de dinero) y meditaciones éticas, decide matarla. Por desgracia también aparece en escena la hermana de Alena, Lisabeta, que a diferencia de la usurera es una persona amable y justa, de la que se aprovechaba muchas veces la propia Alena. Las dos mueren, coge el dinero y consigue escapar por los pelos sin levantar sospecha. Ahí empieza el libro de verdad.

Toda la trama es un tira-y-afloja psicológico en la cabeza del propio Raskólnikov, tratando de convencerse a sí mismo de que es un Napoleón capaz de soportar la presión de su conciencia y de las sospechas. Cae enfermo, tiene accesos de fiebre, locura, pretensiones de suicidio, aires de grandeza y una soledad abismal al no poder compartir ese secreto con nadie. La trama no es del todo sorprendente, pero es algo que en lugar de aburrir, añade tensión a la novela: sabes lo que va a pasar, pero no sabes cuándo ni cómo van a reaccionar las partes. Por supuesto hay un buen montón de personajes y tramas secundarias que aderezan el libro magníficamente, aunque lo verdaderamente importante es la parte psicológica. Quiero destacar claramente los increíbles diálogos con Porfiri Petróvich, combates intelectuales y filosóficos tratando de romperle los nervios al contrario, y cierto ralamazo religioso (cosificado en Sonia, una joven prostituta a la que ayuda muchísimo y fervorosa creyente) que acaba siendo la salvación espiritual del protagonista y que me parece un recurso muy bien empleado por muy atea que sea.

Una novela larga, de verano, de letra pequeña y páginas amarillas que huelen a viejo, y si Dostoievski me escuchara le dedicaría un aplauso, aunque por supuesto que más de uno se lo habrá dado ya. Se lo recomiendo a cualquiera, no es difícil de leer (aunque puede hacerse algo pesado para impacientes)  y no todo el mundo sabe hacer un análisis tan exhaustivo del peso de la conciencia.

viernes, 14 de agosto de 2009

André Kertész


La princesa está triste
¿qué tendrá la princesa?

Manifiesto por una poesía sin pureza

Es muy conveniente, en ciertas horas del día o de la noche, observar profundamente los objetos en descanso: las ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soportando grandes cargas vegetales o minerales, los sacos de las carbonerías, los barriles, las cestas, los mangos y asas de los instrumentos del carpintero. De ellos se desprende el contacto con el hombre y de la tierra como una lección para el torturado poeta lírico. Las superficies usadas, el gasto que las manos han infligido a las cosas, la atmósfera a menudo trágica y siempre patética de estos objetos, infunde una especie de atracción no despreciable hacia la realidad del mundo.

La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, la agrupación, uso y desuso de los materiales, las huellas del pie y de los dedos, la constancia de una atmósfera humana inundando las cosas desde lo interno y lo externo.

Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley.

Una poesía impura como traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.

La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada, la entrada en la profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y el producto poesía manchado de palomas digitales, con huellas de dientes y hielo, roído tal vez levemente por el sudor y el uso. Hasta alcanzar esa dulce superficie del instrumento tocado sin descanso, esa suavidad durísima de la madera manejada, del orgulloso hierro. La flor, el trigo, el agua tienen también esa consistencia especial, ese recurso de un magnífico acto.

Y no olvidemos nunca la melancolía, el gastado sentimentalismo, perfectos frutos impuros de maravillosa calidad olvidada, dejados atrás por el frenético libresco: la luz de la luna, el cisne en el anochecer, "corazón mío" son sin duda lo poético elemental e imprescindible. Quien huye del mal gusto cae en el hielo.


Madrid, octubre de 1935.

jueves, 13 de agosto de 2009

Sí, y ahí me quiero meter =D

Eso de dominar el mundo me ha convencido completamente. De todas formas ya estaba matriculada antes de verlo, así que la venate masoquista la tengo ya de antes.

En teoría, el día 1 de septiembre empiezo un bonito curso-preparatorio (algo así como un manual de supervivencia) en la misma Escuela, así que actualmente me quedan 18 días de vacaciones. Bueno, que entre estudiar química, las clases particulares de francés y que en mi casa no paro, ya me he quedado sin verano, pero yo misma me lo he buscado.

En realidad soy muy masoca pero tengo ilusión por empezar. Sé que voy a morir de tanto estudiar pero oye, hay gente que sobrevive! (y algunos que hasta quieren más y se hacen el doctorado!)

Next aim: SOBREVIVIR!

A ver que me encuentro ^^

Mordiendo el polvo

Me da rabia no poder prometerme a mí misma no echarte nunca más de menos. Hace demasiado poco, por ejemplo, estuve chocándome contra las paredes porque me apetecía irremisiblemente un abrazo tuyo. Sé que esos abrazos nunca podrán volver a repetirse: yo ya he perdido la inocencia y tú nunca me volverás a querer. Asia y Allan están muertos, criando malvas cada uno por su lado: él descansa probablemente en una isla del Pacífico mientras que ella se introdujo vía intravenosa una dosis de morfina al 80% de pureza. 

Y esto es lo que me queda. Un despecho, una canción de María Jiménez (Ora pro nobis) y un par de autores, un par de pelis y un par de músicos apartados de mi vida por traerme demasiados recuerdos. Cortázar (es como si me lo leyeras al oído), Onetti, Alanis Morissette, Jethro Tull, Extreme. 

La anterior entrada era una declaración de intenciones. No puedo prometer que no vuelva a llorar (aunque casi), aunque por supuesto que no esondía un ojalá ni un ganas de tí. Sólo busco maneras de olvidarte, de esconderte en una esquina y dejar que Lina te llame en paz Sensei. Tierra por encima, que no me pese más esa certeza de que he quedado como una anécdota tierna, como la que os presentó, como una niña que escribía cosas bonitas pero no sabía lo que hacía. No me quitaste un peso de encima aquél 8 de junio, como afirmaste. Me rompiste las alas, me colgaste de los tobillos dos bloques de granito con tu nombre. Sigo sin saber porqué, porqué dejaste de quererme en dos días, porqué decidiste echarme de tu vida. Espero, al menos, que seas más feliz así. Y si no lo eres, lo siento en el alma, pero tu mente científica te prohibe dejarte llevar por un corazón loco. 

Hasta ese único lugar que teníamos como absolutamente nuestro ha desaparecido. Ya no te representa. Todo eso ha muerto. No me creo que lo guardes, no creo que te importe en lo más mínimo ahora mismo. No creo que te acuerdes de aquellos abrazos, de aquellas sonrisas tiernas, de cuánto me gustaba acariciarte las manos. Ya no creo que yo misma sea inolvidable, creo que ya me has olvidado. Ya ni me sorprendería que me dijeras que nunca estuviste realmente enamorado de mí, a pesar de tantas palabras hermosísimas que aseguraban lo contrario y que seguro que tampoco recuerdas. O que seguro que ahora te arrepientes de decir. ¿Y de cómo se me enrojecían las mejillas cuando me regalabas alguna caricia destrangis? ¿Y cuando me escribiste que mi sonrisa era un regalo, sin exagerar? C'est payé, balayé, oublié...

En fin, payé, oublié, ya no queda Asia que te quiera ni María que sueñe despierta. Me queda un regusto amargo, certezas y no tan certezas y una bonita herida por bandera. 

Tengo cosas mucho mejores que hacer que quererte. Y tú, no lo dudo.

Ciao, bello



martes, 11 de agosto de 2009

Adoptaciones de un olvido

Este adiós no maquilla un hasta luego este nunca no esconde un ojalá estas cenizas no juegan con fuego este ciego no mira para atrás este notario firma lo que escribo esta letra no la protestará ahorrate el acuse de recibo estas vísperas son las de después a este ruido tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir este pez ya no muere por tu boca este loco se va con otra loca estos ojos no lloran más por tí.


Ya no espero en una sala de espera sin esperanza 
el timbre ya no funciona 
no voy a vengarme con un helado de fresa  
y mi amor no tenía muebles.  
Las campanas doblan por Asia  
por desgracia no hay mitades partidas por la mitad,  
Judas nunca me ha besado, he quemado la cruz,  
los presidiarios ya no visten de rayas  
y me he curado con más orgullo que humildad.  
Un salto transoceánico de 600 metros 
ganas de querer, y tú de serlo 
arrabales con grillos y estrellas, quemo la primavera  
prefiero las dagas a las espadas  
y ninguno de los dos llevamos anillos.  
No juego con muñecas  
las flores se quedaron en tu jarrón  
la calma después del huracán  
horas perdidas, noches perdidas  
y un martes que nunca volverá  

por desgracia no puedo afirmar que serán los últimos versos que te escriba  

Un museo de recuerdos disecados  
un corazón loco, sin domesticar  
principesca sin trono de las pelusas de debajo de mi cama  
espinas de flores sin espinas  
aprendiz de gavilana.  
Lágrimas de niña en una barba  
Barba Azul sigue sin encontrar su orma,  
"nunca" y "siempre" son sarcasmos lingüísticos  
entre perderme por ahí y dormir en los tejados.  
Una armónica que nació sin inocencia  
canturreando un times they're a-changin'  
una sonrisa que escondía una despedida  
gesto dulce que se olvida  
pero un olor que no.  
cuando salgo a la calle ya no llevo el corazón, por si los ladrones  
piedrecitas en un embudo de una voz rasgada  
manos que recuerdan tu tacto,  
y una mujercita viuda  
que no hace más que cantar.