sábado, 27 de junio de 2009

En el río

Por el puente de Triana ¡GÜÍ! pasa la reina
(Isabel II, por cierto)

Y con música irlandesa en directo, comiendo bocadillos de chorizo ibérico capitalista (del señorito andalú) o de jamón cocido jugoso proletario. Para beber, tinto, y el sol. Yo al menos eché de menos la cámara de Laura, pero creo que ella la echó de menos más todavía. La chica del puente, era guapa, ¿verdad?

Risas, y más risas, y risas que desentonaban con el tema de conversación; gavilanes, biólogos, comunistas y Safo en su expresión mas romántica. No prometí no llorar, pero no lloré. Es curioso, tenía ganas, pero vuestra compañía logró un ambiente de realismo mágico en el que nuestras penas parecían algo irreales, como si no hubieran pasado nunca. Aparecieron Valle-Inclán, Cernuda, Cortázar, Nabokov, Oliveira, una Maga, mi profesora de Historia, Onetti, Adán, Gilberto da Costa, Bumbury, Marea, Henry Miller... ¿ a quién me dejo? Todos ellos aparecieron en el grupo, se sentaron con nosotras a escucharnos, y se fueron sin hacer ruido, sin que pudiéramos verlos. A todos les gusta pasar un atardecer a la orilla del río y escuchar lo que decimos sobre ellos.

Fue una tarde realmente preciosa. Tenía ganas de sentirme otra vez así, totalmente entendida por mi grupo de mujeronas, acordándonos de la Torre Eiffel de fondo, de los Champs Elyssées, rodeadas por esa complicidad que captamos desde el primer día del viaje y que con este tiempo de conocernos y no vernos lo único que ha hecho ha sido crecer, compenetrarse, confianza y más confianza entre todas. La seguridad de que no estamos del todo solas, del todo locas.

Me gustaría que Carmen me pasara una foto con las frases que apuntó en su libretita aquel día: creo que estábamos todas muy lúcidas a la hora de expresar nuestra realidad (a secas) de la manera más propiamente nuestra; sarcástica, dulce, amarga. Y ahí cada una le imprime su carácter. Y al final, se fué con una más guapa y con más tetas. Me lo tomo todo con un humor algo corrosivo. Es un método matemático para resolver problemas, la reducción al absurdo, y me he dado cuenta de que para la vida real es, no sé si útil, pero desde luego divertido. Tengo que reírme, pero sin huir.

Me hicieron un regalo precioso. Por una parte, un poster de la Torre Eiffel. Por otro, Lolita.

Lo-li-ta.


Y cualquier parecido con la realidad fue pura coincidencia.


Aquí lo tengo, lo empezaré en cuanto pueda. Por supuesto, sé que no voy a olvidar el libro, y mucho menos cuando viene de donde viene: mis señoritas de París. Una gafapasta ausente, una gata (que no es lo mismo que gatita), una pequeña bolchevique y una pequeña poeta. Todas pequeñas, todas absurdas, todas con nuestras penas y alegrías pal cuerpo. Y nutella, y cerveza fría, y música.

Ni con todo tu poder nos podrás quitar la noche, ni con todo tu dinero nos podrás robar la calle, ni con toda tu ambición nos podrás dejar sin sueños.

Para todo aquél que crea que por ser pequeñas no podremos dominar el mundo.

1 comentario:

  1. Me alegro de que te lo pasaras en grande.
    Muuchos besos preciosa!
    A ver si nos vemos de nuevo antes de que me vaya. Y con la Maguita no?

    ResponderEliminar